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Semana 33: Día 229: Llegó el invierno

Bueno, es cierto que al otoño le queda más de un mes. Pero el contraste entre la temperatura de esta semana y la anterior es increíble. Nuestro cuerpo está muy bien adaptado a los cambios climáticos, y por eso hemos conquistado gran parte del planeta… pero nadie está preparado para un descenso de 10 grados en el termómetro.

Pongo en tema a los lectores extranjeros: Bueno Aires está en el Hemisferio Sur, donde actualmente es otoño, mientras que en el Hemisferio Norte es primavera. Puede sonar a una obviedad, pero eso es porque nosotros (los sudacas) estamos acostumbrados a mirar hacia el primer mundo, añorando una Navidad con nieve y no estar comiendo nueces y garrapiñadas con 35 grados centígrados. Me he cruzado con mucha gente de otros países que, por no haber viajado al exterior de su propio continente, desconocía esta distinción.

Así que, después de haber estado entrenando en musculosa y pantalón corto, hoy llegó el turno de desempolvar las calzas y los guantes. Después de haber sufrido varias veces el clima de la montaña, estoy bastante bien preparado para el abrigo de corredor. Creo que soporto más el calor que el frío, aunque haya gente que prefiera lo inverso. Mientras corría no tuve ningún problema. El tema era frenar y enfriarse al toque.

Ha pasado mucho tiempo desde que Emil Zatopek entrenaba corriendo en la nieve, con sus borceguíes y su mujer a caballito. Ahora tenemos ropa liviana, rompevientos y muy abrigada. El entrenamiento de hoy incluía varias progresiones que no pude hacer sin guantes. Las extremidades, así como todo lo que sobresale de la cara (nariz, orejas) es lo que más tenemos que proteger del frío, porque es donde más lo sufrimos. No tiene sentido torturarse y hacerse el macho, siempre es mejor prevenir y tener algo de manga larga y un pañuelo (buff) de repuesto en la mochila. Nunca se sabe cuándo este clima traicionero va a hacer de las suyas.

No tenemos que olvidarnos de que, por más que haga un frío de escupir bolitas de hielo, tenemos que hidratarnos. El clima congelado puede hacer que no nos demos cuenta de que hay que reponer líquido. Este pre-invierno no tiene que disuadirnos de entrenar. Igual pudimos disfrutar, con nuestros compañeros de los Puma Runners y otros valientes, de una noche de entrenamiento. Yo de a poco voy volviendo a mis niveles anteriores, aunque siempre aparece un dolor nuevo en el camino. Está todo bien, son señales de que hay puntos en el cuerpo que hace falta reforzar. Y todo lo que sembremos en estos meses gélidos es lo que vamos a cosechar en la primavera y el otoño. Por falta de prevesibilidad o por fiaca nos podemos encontrar con que el tiempo se agota, y como millones de personas vamos a esperar a los primeros calores para salir a disfrutar del aire libre. Bueno, aunque sea de noche, haga frío y estemos abrigados hasta las orejas, podemos estar afuera, con el cielo estrellado y vapor saliendo de la boca, y disfrutarlo mucho…