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Semana 44: Día 308: Adiós, Ciudad Autónoma

Delicias de la tecnología. Estoy en camino a Pinamar, en el auto me Mariano, con otros compañeros de Puma Runners. Y para amenizar el viaje, estoy actualizando el blog desde el teléfono.
¿Cómo hago para escribir tanto solo con el dedo gordo? Ni yo lo sé.
Hay que tener 3G, que en la ruta es como encontrar el Santo Grial. Pero gracias al teléfono y su teclado swype (googléenlo) he podido actualizar el blog en muchas oportunidades donde las responsabilidades del día me lo impidieron. Desistí de ponerle fotos porque eso vuelve más lento todo el proceso. A veces, solo queriendo subir texto, me tira error unas cuantas veces hasta que pasa. Y ni que hablar del texto predictivo, que a veces pone cualquier palabra, una de cada tres es una grosería.
Todas estas cosas son a las que me enfrento actualizando el blog desde el celular, como está pasando ahora mismo, mientras transitamos la autopista Buenos Aires – La Plata.
Como en todos los viajes, estuve trabajando todo el día, intentando irme con tranquilidad. Estaba armando una historieta muy divertida, llamada Hit-Girl, precuela del cómic Kick-Ass 2, próxima a estrenarse en cine (googléenlo).
Fiel a mi nueva etapa donde tengo todas mis cosas ordenadas, hice mi bolso con tiempo y que, quizá, sea la primera vez que no me estoy olvidando de nada.
Solo me resta llegar a Pinamar, y disfrutar de un día de playa (invernal). Y después, hacer esos 27 km de arena y bosque…

Semana 44: Día 307: Palpitando Pinamar

Si no tuviese trabajo pendiente ni responsabilidades, ahora mismo estaría en Pinamar, chupando frío, pero rodeado de amigos. Un contingente de Puma Runners ya se encuentra en la ciudad costera, de cara a la Terma Adventure Race. Esta carrera es un clásico para nosotros, y será mi sexta edición. Pero me toca salir mañana por la tarde.

Esta fue la primera competencia en la que participé. Al principio era «La Merrell», pero hubo un cambiazo de sponsors, un año fue «Adventure Race» a secas (parecía que le faltaba algo), y ahora esta amarga bebida que jamás me gustó es la marca emblema (mucho mejor ella que Old Smuggler o Jack Daniel’s). Por algún motivo que no logro dilucidar, siempre nos toca muy buen clima. Para el domingo nos esperan 18 grados de máxima y 9 de mínima, aunque para la hora de la largada no creo que pasemos demasiado frío.

Mi primera carrera (de toda mi vida, sin contar esos angustiantes 3,5 km que nos obligaban a correr a fin de año en el colegio) fue en Pinamar, exactamente el domingo 6 de julio de 2008. Hizo un día hermoso, y corrí en posta, el último tramo (unos 7 km). Crucé bosque, un poco de arena, pasto, asfalto… Me salió el competitivo de adentro y subía las cuestas con grandes zancadas, desmoralizando a los que la estaban haciendo toda entera y ya no tenían fuerzas.

Todo lo que hice en esa carrera fue gracias al equipo. Si no hubiese ido con ellos, no la hubiese corrido. Ni siquiera me hubiese enterado de que existía. Toda esa convivencia, las anécdotas, los consejos, el traspaso de la antorcha a las nuevas generaciones… eso es lo jugoso de estos viajes. Ahora, cinco ediciones más tarde, me toca ser a mí el tipo «con experiencia», que dice cómo encarar las subidas en los médanos (buscando las pisadas del anterior), cómo evitar que se te meta arena en las zapatillas (polainas), dónde apretar (en suelo firme). PInamar me llama más por su tradición que por su recorrido, que de por sí es muy duro y come mucha pierna.

¿Lo que menos me gusta? Lavar las medias dos o tres veces y seguir sintiendo que tienen arena. ¿Lo que más me gusta? Esos últimos 100 metros de asfalto, con la murga, los papelitos, la gente alentando, y cruzar la meta.

Semana 44: Día 306: 128,39 km en un mes

¡Volvió a bajar mi promedio de kilómetros mensuales! Y no creo que haya entrenado menor cantidad de veces, pero me parece que los entrenamientos están siendo más cortos.

Corrí la maratón de Río de Janeiro, que es como un 25% de todo el kilometraje de julio. Y tanto antes como después con los Puma Runners intentamos cuidarnos y no sobrecargar al cuerpo. Ahora está pasando lo mismo con la Adventure Race de Pinamar, que la corremos este domingo. Estoy pensando si esto hizo que entrenásemos menos, o si me olvidé de anotar unos cuantos entrenos, o qué pasó. Desde que cuento mis kilómetros, este fue uno de los meses más bajos (no casualmente este también fue el mes en el que empecé el gimnasio):

2011
Octubre: 208,73
Noviembre: 173,43
Diciembre: 164,29

2012
Enero: 208,25
Febrero: 290,93
Marzo: 230,27
Abril: 194,35
Mayo: 258,79
Junio: 162,19
Julio: 211,81
Agosto: 169,05
Septiembre: 64,12 km

Octubre: 129,85 km
Noviembre:  169,48 km
Diciembre: 249,77 km

2013
Enero: 323,03 km
Febrero: 321,88 km
Marzo: 335,60 km
Abril: 163 km
Mayo: 157,26 km
Junio: 168,60 km
Julio: 128,39 km

Paradójicamente los meses de más calor son los de mayor carga, y a mitad de año empieza una caída. Espero que en agosto pueda subir, realmente extraño hacer fondos largos (pero también extrañaba entrenar en el gimnasio, y todo no se puede).

Quedan dos meses para la Espartatlón y 14 para que yo participe. ¿Llegaré?

Semana 44: Día 305: Una semana de gimnasio

Bueno, ayer me fue imposible actualizar el blog, así que hoy salen dos posts en el transcurso del día.

A continuación comparto dos fotos que me saqué, una el día en que empecé a ir al gimnasio, otra una semana después.

Foto del día 24-07-2013 a la(s) 11:16  Foto del día 31-07-2013 a la(s) 11:23

¿Ven la diferencia? ¿No? Yo tampoco.

Después de mirarlas detenidamente por 5 horas, noté que hay unas venas más marcadas en el pliegue del codo (¿se llama así?). No esperaba que haya un cambio, pero sí hay una verdadera diferencia, y tiene que ver con que ya me siento más cómodo con los ejercicios, ni tengo dolores en los días posteriores. Si me sacara la foto en el momento del entrenamiento, todo hinchado por las repeticiones y la sangre que infla los músculos, sería hacer trampa (porque el efecto no resiste más allá de cuando me ducho en el vestuario).

Vamos por más…

Semana 44: Día 304: Aventuras de un deportista vegano

Qué loco, hubo un tiempo en que jamás hubiese utilizado la palabra «deportista» para describirme. Y no hace tanto tampoco me imaginaba lo de «vegano». Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.
Quizá me faltaría agregarle a la mezcla el término «extremo». Cuando reservé mi vuelo a Río, sospeché que no me iban a dar un servicio vegano, así que fui preparado con frutas secas, que las terminé necesitando. Y mis viajes son así, con previsión y sin sorprenderme que no sepan que mi alimentación no solo excluye la carne, sino también el huevo y la leche.
En menos de tres semanas voy a viajar a Misiones para correr en Yaboty (la rodilla, misteriosamente, dejó de molestarme). El servicio de Salvaje Eventos incluye comida en el largo trayecto. Les pedí si podía ser vegana, aclarando que si no se podía no había problema, estoy acostumbrado a prepararme la vianda (reconozco que voy a contramano del mundo). La respuesta de Vía Bariloche fue «No hay problema, le damos comida vegetariana» (lo cual no me tranquiliza porque no es lo mismo que «vegano»).
Más arriba hice la aclaración de «extremo» porque ahora decidí abandonar las harinas blancas, el azúcar y el arroz blanco. También estoy mirando con desconfianza los productos con conservantes. El tema es que eso excluye el 90% de los alimentos que no sean frutas y verduras. Fui a deprimirme al supermercado y compré algunas cosas, como arroz integral, avena instantánea, pasas de uva y galletas integrales. En Hasbrot encontré pan 100% integral… o eso alegan ellos, porque un día después sigue blando como cuando lo compré.
El tema de dejar el azúcar me llevó a buscar un sustituto del Ades natural (que a su vez era mi reemplazo de la leche). El tema es que este producto tiene azúcar. En el Barrio Chino encontré una  bebida que solo tiene agua y soja, pero es espantosa. Por supuesto que la compré y estoy experimentando con stevia, pasas y trozos de fruta para que no sea tan amarga. Es prácticamente imposible no consumir NADA de azúcar, pero quiero intentar bajarla todo lo que pueda.
La colación post entrenamiento sigue siendo mi comida favorita del día. Dos rodajas de pan y tofu (a veces, yv poco de tomate). El terma, claro, está en que ahora estoy buscando panes integrales, que no tengan harina refinada. Pero esta colación me sirvió para ayudar a la formación de músculo.
De más joven lo me imaginaba corriendo y yendo todos los diras a un gimnasio. Pero me terminó llegando. Después no me imaginé volverme vegano (de hecho era el último que hubieses dicho que iga a dejar de comer carne). Pero me terminó llegando. Y luego no vi venir que iba a intentar una alimentación más sana… y extrema. Pero me terminó llegando.
Me pregunto qué otras cosas haré en el futuro que no me esté imaginando ahora mismo…

Semana 44: Día 303: Otra vez esa maldita rodilla

El miércoles de la semana pasada, terminando el entrenamiento, me empezó a doler la rodilla derecha. Es del lado de afuera, una molestia que, lamentablemente, ya la conozco. Cuando hacía fondos largos, de 50 km, lo sentía, y el profe de pilates me dijo que seguramente era por correr sobre superficies duras. Desde entonces siempre intenté entrenar sobre pasto y no descuidar el terma de la amortiguación.
El miércoles apareció esta sensación que es un calor intenso pero no impide correr. El jueves, por las dudas, no hice cinta en el gimnasio. Lo sentía si daba pasos largos. El viernes me animé e hice una entrada en calor de once minutos, a 5:20 el km. Esta vez la molestia se mitigaba con cada zancada.
Ayer, sábado, entrené un fondo de 16 km con progresiones. La molestia seguía, aunque a un volumen menor. Pensé en correr Pinamar y, a la vuelta, haceme ver. La carrera también era un termómetro, a ver cómo me sentía. Pero después recordé que en 2 semanas tengo los 90 km de Yaboty.
¿Qué hacer? ¿Me bajo por las dudas? Sin la Patagonia Run, es la única ultra en vista para este año… Y temo estar preocupándome por nada… Justamente estoy haciendo menos kilómetros que otros meses, así que no puedo culpar a un sobre esfuerzo o a fatiga. Cambié de calzado antes de que aparezca esto…
También podría ser que empecé el gimnasio e hice un movimiento que no debía. El sábado pude correr, bastante, y eso me hace más indeciso porque no estoy sintiendo un dolor que no me permita seguir avanzando…
Quizá solo esté sobredimensionando una de las tantas molestias que sentimos los corredores de fondo. Pero voy abriendo el paraguas, por si después de Pinamar me termino guardando un tiempo…