Semana 21: Día 143: Desconectado

Hola, soy Martín Casanova, diseñador gráfico, editor a veces, corredor siempre. Tengo una gata siamesa y un perro caniche a los que les hablo como si fueran personas. De todos modos, me daría un paro cardíaco si me respondieran.

Mi vida se divide en dos: estar sentado frente a la computadora y estar corriendo. Hay ciertas situaciones intermedias (como dormir y comer), pero en el promedio general no hacen a la gran diferencia.

Si no tuviese zapatillas, me costaría mucho correr. Me tomaría muchos meses acostumbrarme, pero he oído de gente que, de hecho, entrena descalza. Por asombroso que parezca.

Si no tuviese internet, me costaría mucho trabajar. Y tener vida de red social. Y pasar de nivel en el Sugar Rush de Facebook. Me tomaría muchos meses acostumbrarme, pero he oído de gente que, de hecho, trabaja desconectada. Por asombroso que parezca.

En mi caso, mi laburo es online. Cosa que Telecentro no entiende (o no le importa), así que si me quedo sin conexión un sábado, ellos enviarán el técnico el jueves. Porque no tienen idea de qué es lo que falla y hace falta que un tipo venga cuando a ellos mejor les convenga.

Pataleo, grito, amenazo con cancelar el servicio. Ellos tienen un as en la manga: «Señor, los pedidos de cancelación del servicio se toman del 1 al 15 de cada mes. Puede gestionar la baja el 1º de marzo».

Con tanto estrés, me olvido de internet. Ni siquiera tengo ánimo de actualizar a un dedo, con el celular. De hecho, también tengo que conectarme por wifi para hacerlo, y el 3G es lento e impredecible.

Computadora bajo el brazo, el lunes por la mañana me vine a la oficina de la imprenta a trabajar. Como gran parte de mi materia prima me llega vía web, no pude adelantar para descargar los archivos de Hellboy y los Ultimates, dos historietas próximas a editar, así que dejé todo instalado en esta oficina, fuera de casa, y aquí quedará Fiona todo el día de hoy, y mañana, y quizá pasado y hasta que Telecentro disponga.

Ah, Fiona es mi computadora. Porque es una Mac. De Apple. Fiona Apple.

Sí, bueno, ni siquiera me gusta su música, pero el chiste me pareció ingenioso.

El sábado pudimos disfrutar del aire libre (aunque hacía un calor agobiante) y entrenamos con Vicky por casa, 15 km con cuestas. Después de un fin de semana de películas en DVD (porque cuando se te corta Telecentro, además de no tener internet, tampoco tenés teléfono ni televisión por cable) hoy volvemos a entrenar. Y yo recupero una tradición antigua de estar en casa haciendo cualquier otra cosa que no sea trabajar.

Esta es la vida de un diseñador gráfico/editor/corredor aficionado. Online hasta que otro lo decida…

Publicado el 18 febrero, 2013 en Reflexiones y etiquetado en , . Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.

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